Hay personas que se especializan en dejar mal a otros.
Critican con malicia, siembran discordia, apagan la luz ajena con tal de brillar…
Pero lo que no saben es que todo eso tiene un precio.
Porque el que levanta su vida destruyendo la de otros, edifica sobre ruinas.
El chisme se vuelve contra el chismoso.
La traición se convierte en soledad.
Y la manipulación acaba en aislamiento.
Quien habla mal de ti hoy, mañana hablará mal de otros.
Quien divide ahora, terminará solo.
Y quien te quiere hacer sombra, se olvida que el sol siempre sale por el mismo lugar.
La gente no olvida cómo la hiciste sentir.
Y la vida… tampoco olvida lo que sembraste.
A lo mejor hoy les va bien, pero no confundas “éxito temporal” con paz verdadera.
El alma cobra lo que el orgullo finge ignorar.
Tarde o temprano, todo vuelve.
No respondas igual. No caigas al barro.
Sigue caminando.
Dios pelea por los que tienen el corazón limpio.
Y tú no naciste para apagar luces, sino para ser faro en medio de tanta sombra.